viernes, 25 de octubre de 2019

La Tumba de un Cruzado



A Francisco Franco Bahamonde (1892-1975) Caudillo y defensor del católico Reino de España, luego de la profanación de su tumba.

V: Requiem aeternam dona eis, Domine,
R: Et lux perpetua luceat eis.

Salmo CXXX (CXXIX)

De profundis clamavi ad te, Domine;
Domine exaudi vocem meam.
Fiant aures tuae intendentes
in vocem deprecationis meae.
Si iniquitates observaveris,Domine,
Domine, quis sustinebit?
Quia apud te propitiatio est,
et propter legem tuam, sustinui te, Domine.
Sustinuit anima mea in verbo eius;
speravit anima mea in Domino.
A custodia matutina usque ad noctem,
speret Israel in Domino.
Quia apud Dominum misericordia
et copiosa apud eum redemptio.
Et ipse redimet Israel
ex omnibus iniquitatibus eius.

Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saeccula saeculorum.
Amen.

V: Requiem aeternam dona eis, Domine,
R: Et lux perpetua luceat eis.

Aquí pueden escuchar al profesor Antonio Caponnetto narrando un bello poema en honor al glorioso Caudillo.


¡Viva Cristo Rey!
¡Viva la España católica!
¡Viva Francisco Franco!


jueves, 24 de octubre de 2019

El Amazonas, el Tíber y el Cardenal Newman

Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano (1485-1547)


Hace muchos años leí un libro de historia sobre la Conquista de América. No recuerdo que libro era, pero si recuerdo una parte que narraba la llegada de Hernán Cortés, el 8 de noviembre de 1519 a Tenochtitlán. Mientras Moctezuma le mostraba los imponentes ídolos que los aztecas adoraban, Cortés lo interrumpió en un momento y le dijo:

“¿Cómo puede ser que siendo el rey de tan grande imperio seas tan insensato al adorar por Dios a estas piedras? Ea pues, señor mío, que sobre esta pirámide hemos de colocar la cruz de Cristo y sobre su altar una imagen de nuestra Señora”.

Parece ser que el antiguo deber de convertir paganos al cristianismo ha cambiado estos días. Ya no se colocan imágenes del Salvador y los santos sobre los pedazos destruidos de los ídolos, sino que se coloca ídolos en los templos católicos.

Nos enteramos con mucha indignación que desde hace varios días, en la iglesia Santa Maria in Transpontina, en Roma, se han hecho ciertas ceremonias que no podrían calificarse de litúrgicas (y menos católicas) alrededor de ciertas imágenes de muy mal gusto. Según algunos defensores del oficialismo eclesial, dichas imágenes es “nuestra Señora de la Amazonía”, lo cual consistiría básica y llanamente en una blasfemia contra la Virgen. Otros, las voces oficiales de Roma, reconocieron que dichas imágenes son representaciones alegóricas de la fertilidad y la naturaleza amazónica.

Aquí tenemos varios problemas que considerar:
Si estas imágenes son representaciones de la Santísima Virgen, el culto que se les dio en esa iglesia romana ¿es lícito para un católico? Les recuerdo que los actos cultuales alrededor de estas imágenes consistía en bailes indígenas y cantos tradicionales amazónicos, dirigido por una ministro anglicana (casada con una mujer según me entere) y algunos chamanes.

De no ser imágenes de la Santa Virgen (¡Gracias a Dios!) y representan la fertilidad y naturaleza, definitivamente no es licito rendirle culto de veneración. Primero porque la fertilidad como tal no existe, existen cosas fértiles. La fertilidad como cualidad existe en otros entes que si poseen acto de ser. La naturaleza, por su parte, es criatura de Dios con la cual podemos ver la belleza del Creador, tampoco es algo a lo que debamos darle culto.

"Sí, vanos por naturaleza todos los hombres en quienes había ignorancia de Dios y no fueron capaces de conocer por las cosas buenas que se ven a Aquél que es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; Sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, señores del mundo. Que si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de éstos, pues fue el Autor mismo de la belleza quien los creó. Y si fue su poder y eficiencia lo que les dejó sobrecogidos, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es Aquel que los hizo; Pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor." Sabiduría XIII,(1-5) Biblia de Jerusalén.

Ahora bien, hace pocos días, dos hombres ingresaron por la madrugada a Santa María in Transpontina y se llevaron estos idolitos amazónicos, para arrojarlos al rió Tíber sugestivamente desde un puente cercano al Castel Sant'Angelo (cuyo ángel patrono es san Miguel). Este acto de catolicidad puede verse aquí.

El problema no es eso, que es algo maravilloso, sino las reacciones eclesiales que lo tomaron como un insulto al espíritu…del dialogo. Aunque dicho hecho permitió una real transparencia al reconocer oficialmente desde Roma que dichas imágenes eran ídolos paganos y por tanto no tenían ninguna razón de estar y ser adorados en un templo dedicado a la Madre del único camino al Cielo.

Mientras los católicos aplaudimos aquellos valientes que tiraron al rio esos demonios disfrazados, nuestros señores pastores están escandalizados como si se hubiera declarado una guerra nuclear: “¡Han ofendido a los indígenas!”, “¡No respetan su cultura!”, “¡Racistas!”.

Tatanka Iyotanka más conocido como Toro Sentado (1831-1890) era católico.

Baste decir, que si los ídolos hubieran sido imágenes del dios Thor (rubio y de ojos celestes) aun así lo hubieran tirado al rio. No se trata de razas, los católicos no somos racistas (¿Hispanidad les dice algo?). Los católicos somos cristianos, y adoramos solo al Dios que se hizo hombre en Jesucristo; no tenemos motivo para tener dioses extraños en nuestros templos, porque como dice la Escritura, porque Yo soy Yahvé, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian (Éxodo XX, 5).

San Benito desruyendo un idolo de Apolo, de Fray Juan Andres Rizzi 



San Gregorio Magno nos narra en su Libros de los Diálogos, donde narra la vida de distintos santos, como san Benito destruyo un ídolo de Apolo y un bosquecillo donde “se adoraban demonios” (¿un Amazonas romano?). Y sobre estos edifico una capilla a san Martin y san Juan. Hoy día san Benito es recordado como el glorioso santo que comenzó la semilla que reconstruyo Europa desde las ruinas del Imperio Romano, pero en su momento ¿era menos grave romper un ídolo que ahora? ¿Por qué los papas no condenaron eso para quedar bien en Roma donde vivían miles de paganos?

Como cereza del postre, Andrea Tornielli, el actual director editorial del Dicasterio para la Comunicación Vaticano, publico un artículo en Vatican News, condenando el hecho de tirar ídolos al río (¿por contaminación quizás?) y citando nada menos que al Cardenal Newman para defender la paganización de la Iglesia.

“El uso de templos y de los dedicados a santos particulares, y a veces decorados con ramas de árboles, incienso, lámparas y velas; las ofrendas ex voto en caso de curación de enfermedades; el agua bendita, el asilo; las fiestas y los tiempos litúrgicos, el uso de calendarios, las procesiones, las bendiciones en los campos, los ornamentos sacerdotales, la tonsura, el anillo utilizado en el matrimonio, el dirigirse hacia el oriente, y en una fecha posterior también las imágenes, tal vez incluso el canto eclesiástico y el Kyrie Eleison: todos son de origen pagano, y han sido santificados por su adopción en la Iglesia”.

El texto citado, pertenece al Essay Development of Christian Doctrine (Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana) de Newman, publicado en 1878. Si bien Tornielli jamás aclaro de que página o capitulo saco la cita lo cual hubiera sido muy útil considerando que es un libro de más de 400 paginas.Yo me tome la molestia de buscarla en su original inglés.

La impresión que tengo después de releer el texto, es que Tornielli pasó por alto un hecho importantísimo.

La Iglesia tomo del paganismo siempre aquello que se pudiera tomar, una vez que esté debidamente “bautizado”. Los ejemplos citados, algunos inexactamente aplicados al paganismo según la moderna historiografía (la cual Newman no tenía, sin por esto quitarle merito a su augusta figura). Son el claro ejemplo de lo que digo: Las bendiciones de los campos no se hacen en nombre de Ceres o Deméter sino en el nombre de Dios, que creo los campos. El canto eclesiástico, si se basa en el modelo de canto de los antiguos romanos, pero uno lee el texto de dichos cantos y se encuentra ante un himno
 a la Trinidad o a una realidad de la religión cristiana terminando con una doxología trinitaria, no hay cantos gregorianos a Júpiter o Poseidón.

Fueron adoptados por la Iglesia porque eran buenos y embellecían la, ya de por si bella, Verdad del Evangelio.

¿Tornielli insinúa que solo porque algo sea pagano debe ser asumido por la Iglesia sin ser debidamente bautizado? Ese será criterio suyo, no el de la Iglesia de Cristo.

domingo, 20 de octubre de 2019

Incomodas Verdades


La Pereza, en La Mesa de los Pecados Capitales, del Bosco (145-1516) representada como un clérigo durmiendo mientras una mujer (la Fe) quiere despertarlo para que cumpla sus deberes,

Con permiso del autor de un blog sumamente interesante, para quienes les gusta nadar en esas aguas, publicamos un artículo sobre una cuestión de urgente consideración para los cristianos actuales, sobre todo aquellos que se consideran “enemigos de la Modernidad”.

No sé cómo llamar al problema tratado, es difícil definirlo en una palabra, pero contare una anécdota para que se comprenda de que estoy hablando.
Hace varios años, cuando cursaba filosofía, un profesor platense me dijo algo que a su vez me llevo al teólogo francés Louis Bouyer (1913-2004).Este profesor era muy versado en filosofía moderna, en especial en Kant. Una vez le pregunto un compañero porque hablaba tantas maravillas de Kant y su filosofía, si al final de la clase terminaría refutando los postulados del autor. El profesor respondió muy sencillamente con; “Para entender a un autor, hay que quererlo un poco”. Después hable personalmente con el profesor sobre esa cuestión y comentamos esta cita del padre Bouyer:

Que el catolicismo post-tridentino tuviera necesidad de tal apertura y hasta, para decirlo con una palabra todavía más osada, de una verdadera conversión al mundo –es decir, en sentido etimológico, de volverse finalmente hacia el mundo, de verlo, de comprenderlo, de tratar de amar-lo tal como es–, es cosa que apenas si tiene necesidad de demostración. Basta con releer los manuales de filosofía de los seminarios, que todavía ayer, como quien dice, concentraban toda la atención de los seminaristas durante los primeros años de estudio; con ellos quedaremos suficientemente edificados. En ellos se presentaba a Descartes, Leibniz, Kant, Hegel, Bergson, etc., como una caterva de cretinos malhechores, que con un solo silogismo, o a lo más con un sorites, se podían liquidar sin más. ¿Marx? El hombre con el cuchillo entre los dientes. ¿Freud? Un viejo verde. ¿Blondel o Le Roy? Modernistas de una perversidad muy particular, pues persistían en seguir siendo católicos... (La Décomposition du Catholicisme, pagina 49; Edición Vórtice).

La cuestión es sencilla: No se puede amar lo que no se conoce y no se puede refutar aquello que no se entiende.

La Biblia es la Palabra de Dios, en ella tenemos la vida y doctrina del divino Salvador. No podemos considerarnos buenos cristianos si no conocemos como mínimo el Evangelio; Allí tenemos la base fundamental de la Fe Católica, y en los concilios y textos de los santos la explicitación de la misma. Pero para hablar de esa Fe con autoridad, es necesario leer. Análogamente para “refutar” a los autores heréticos o errados. Leer a los mismos para comprender sus errores, allí recién se puede refutar verdaderamente.

Sin más aquí el artículo:

Cómo se puede criticar lo que no se ha leído

 De parabel der blinden (en neerlandés, La parábola de los ciegos) de Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569)

Me sorprende muchísimo la cantidad de críticas que encontré entre católicos tradicionalistas al Concilio Vaticano II y sin embargo, ni leyeron uno sólo de sus documentos. También conozco tradicionalistas sedevacantistas que no tocaron ni una página de Roberto Bellarmino, ni de Cayetano y mucho menos... la Biblia, pero no se preocupe, en Sursum publicamos muchísimas ediciones de la Biblia para que las pueda descargar. Pase y vea.


Sí, como lo está leyendo. ¿No se sorprende usted que alguien que se llama católico pueda pasar horas y horas en Internet, navegando por páginas webs, foros, grupos de Facebook, cuando no grupos de watsapp y sin embargo... jamás leyó la Biblia "tapa a tapa"? Bueno, yo conocí algunos casos. Algunos de esos católicos gustan de dar cátedra de moral, doctrina y hasta derecho canónico (no saben siquiera que el CIC tiene reglas de interpretación que están en el mismísimo código), pero no leyeron la Biblia.

De la misma manera, conozco algunos ortodoxos que no han leído a los Padres de la Iglesia, sino reseñas y resúmenes de los Padres de la Iglesia, y en base a eso ¡creen que pueden insultar al mismísimo Santo Tomás de Aquino! ¿Y qué decir de los protestantes que nunca pasaron de un artículo de alguna enciclopedia perdida sobre San Agustín, y del Doctor de la Gracia no leyeron ni una sola página?

Pero así, entre la "cristiandad", tenemos críticos de todo que no han leído nada. Tengo decenas de artículos de blogs y hasta de revistas más o menos serias que atacan la crítica bíblica... pero sus autores no saben que es el debate David-Dever y no conocen las implicancias que en todo esto está teniendo la Iglesia Metodista... ni hablar de cuando se trata de filosofía. Así, por ejemplo, hace unas semanas tuve que soportar que alguien me acusara de calvinista tras indicarle que los Concilios no tienen preeminencia sobre la Escritura. ¿Y qué decir de quienes criticaron con tanta acidez la publicación en Sursum de las evidencias sobre la invalidez de las órdenes de Thuc? ¿Acaso no fue la misma burrada de los que me dijeron que yo mismo era "milenarista" por poner a disposición de los lectores "La venida del Mesías en Gloria y Majestad" de Manuel Lacunza Díaz? Y cuando le pregunté a una de esas personas "¿Usted lo leyó?" me contestó: "Con mucho orgullo le digo que no leo nada que no sea el Magisterio de los Santísimos Papas de Roma". Respuesta interesante para un sedevacantista.

Tengo en mi bandeja de entrada varios correos en los cuales se aprecian las "sospechas" al Diccionario portátil de los Concilios, obra que un "genio" tradicionalista me dijo "debe ser cismática oriental", cuando tiene imprimatur romano. De allí que no me llama la atención que muchos tradicionalistas y conservadores hablen del documento preparatorio del Sínodo para Amazonía, sin haberlo leído. Les comento que decidí hacer una prueba. Busqué un texto muy ortodoxo de un autor que está en la cabeza de los heterodoxos: Calvino. ¿Qué hice? Copié entero un párrafo de su Comentario a los sermones de San Juan Crisóstomo y se los compartí a cinco personas: tres sacerdotes (un sedevacantista admirador de Ceriani, un lefebvriano y un independiente que reclama órdenes del obispo Duarte-Costa) y a dos laicos tradicionalistas. Los cincos quedaron maravillados y estasiados con la "claridad" y la "santidad del autor". ¿Acaso medimos la santidad por cómo escribe una persona? Mandé unos párrafos más y los elogios eran increíbles... uno de ellos me dijo incluso que iba a poner esos textos en su "boletín parroquial". Doblé la apuesta, tomé el libro Cristo y su justicia, de E.J. Waggoner, un clásico del adventismo del séptimo día, extraje varios párrafos y los envié... impresionados volvieron a agradecerme. Finalmente les confesé las fuentes de dónde había tomado los textos y quedaron no sólo desilusionados, sino enojados conmigo.

¿Qué fue lo que pasó? Simplemente nunca leyeron lo que criticaban y odiaban. Son esas personas que se escudan con "yo no discuto con los Testigos de Jehová porque eso de andar con la Biblia es de herejes" o lo que es peor "ellos manejan muy bien la Biblia, pero la manejan mal", cuando en realidad, ellos son exactamente iguales que los Testigos: no leyeron la Biblia, conocen algunos pasajes de aquí y de allí, algo de alguna enciclopedia por acá y otro por allá, pero su dedicación a la lectura es tan pobre y tan poco espiritual, que el mínimo viento es capaz de convertirse en un torbellino en sus pobres y áridas mentes.

Por eso leamos, leamos y estemos atentos. Seamos honestos, intelectualmente honestos ante todo. Oremos. Tengamos cuidado de hablar sin saber y más aún, de leer y escribir, sin antes pedir al Señor que nos envié la luz suficiente.

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Agradecemos al autor cuyo original puede leerse aquí.

lunes, 7 de octubre de 2019

Cristianismo y Payasadas



En mi juventud, cuando estaba en catequesis en mi parroquia, solía leer los libros de “formación” que me daban los catequistas para que “creciera” en el amor a Dios y en el conocimientos de la Fe. Puedo decir tristemente que me estafaron; me dieron gato por liebre.

Los libros de catecismo no enseñaban doctrina católica, sino mera “experiencia de Dios” (que es siempre subjetiva). Las actividades eran una triste niñería. Lo poco que valía la pena fue que en algunos alumnos -los que queríamos conocer quién era Dios realmente- al vernos privados de lo que nos correspondía decidimos por nuestra cuenta buscarlo en el Evangelio y en fuentes católicas confiables como son los santos.

Eso nos permitió tener un visión más seria del cristianismo como algo que vale la pena vivirse, algo por lo cual vale la pena morir. Dar la vida por Alguien que la dio por mí, y ese “alguien” no es más ni menos que el Señor Jesucristo, nuestro Salvador; Que por su amor a nosotros, se entrega como cordero a la cruz y hoy reina glorioso y para siempre.

La vida del cristiano que asume esta locura (seguir a un Salvador derrotado) con la esperanza de un cielo, nos hace tomar el cristianismo de manera más seria; No es el cristianismo una sarta de actividades tontas y palabras bonitas, discursos agradables y reuniones amistosas. Es una lucha constante contra nuestra propia debilidad y contra un mundo que es enemigo de nuestro dulce Rey.


Un rey que nos prometió volver cuando menos lo esperemos y gobernar el mundo cuando haya precipitado al infierno las hordas de demonios e impíos que le hacen la guerra a sus súbditos cristianos. En algún momento, este mundo donde comemos y bebemos contentos terminara y Dios juzgara a sus habitantes según sus obras.

Dies irae, dies illa!

Varios amigos católicos, en conversaciones informales, en cafés y por correo, concordamos con que se acercan los días finales; Para nosotros es una alegría como para cualquier corazón creyente. Sin la paranoia milenarista y la locura de dar fechas para fin, sino con la confianza de un pobre cristiano, ansiamos el día en que el Señor vuelva y reine por siempre.

Adveniat Regnum Tuum!

Lo que si nos parte el corazón es ver con pena, como aquel faro de luz que Jesucristo dejo para la humanidad, para que los hombres que caminaban en tinieblas pudieran ver la luz y así encontrar el camino que es Cristo, para ir al cielo, este ocultando su luz. Hablamos claro de la Iglesia, la Iglesia católica, aquella que fundo Jesucristo sobre san Pedro para ser madre y maestra de las naciones y luz ante los hombres está fallando en su misión.

Actualmente, en Roma se celebra el Sínodo de la Amazonia, que culminara el 27 de este mes. Los sínodos a lo largo de la historia de la Iglesia han sido reuniones de obispos para tratar temas concretos por el bien de la vida de la Iglesia en una región en particular. El Sínodo actual, sobre el Amazonas, no trata de esto, en absoluto; Trata sobre algo ajeno a la fe católica, algo incluso satánico.


La misión de la Iglesia es ser luz y sal en la tierra, decir a los cuatro vientos que Jesús murió y resucito; y que solo Él es camino al cielo. Pero si la jerarquía de la Iglesia -cuya única razón de existir es velar porque el pueblo cristiano no pierda la Fe Verdadera, y que los hombres que no la tienen, lleguen a oír el mensaje del Evangelio y a convertirse- no vela por esto, carece por tanto de competencia para su misión, se convierte en burocracia inútil…en siervos inútiles a quienes el Señor les reclamara sus talentos cuando vuelva.

“Vosotros sois la luz del mundo. No puede esconderse una ciudad situada sobre una montaña. Y no se enciende una candela para ponerla debajo del celemín, sino sobre el candelero, y así alumbra a todos los que están en la casa”  (San Mateo V, 14-15)

Los primeros actos del Sínodo si no fueran terriblemente malos serian enormemente cómicos:

-Un acto pagano en los Jardines Vaticanos, donde prácticamente se adoro al demonio.
-Esta mañana inicio el Sínodo con una procesión… ¡De una canoa!

¿Qué sorpresas más nos traerá este Sínodo? ¿Qué  insultos al Señor Jesús, a la Santa Virgen y a los mártires y misioneros católicos?

Roguemos a Dios, que este fuego infernal que han encendido en Roma se apague pronto. Y que las aguas purificadoras de las lágrimas de nuestra penitencia nos hagan mejores católicos por el bien de nuestra herida Iglesia.

Nuestra Señora de los Dolores

En reparación de las blasfemias
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Adoremus in aeternum Sanctissimum Sacramentum
(Adoremos eternamente al Santísimo Sacramento)

Laudate Dominum omnes gentes: laudate eum omnes populi.
Quoniam confirmata est super nos misericordia ejus: Et veritas Domini manet in aeternum.

(Alabad al Señor, naciones todas de la tierra, pueblos todos cantad sus alabanzas. Porque su misericordia se ha confirmado sobre nosotros; y la verdad del Señor permanece eternamente.)

Gloria Patri, Filio, et Spiritui Sancto
Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula sæculorum. Amen.

Nota nostálgica:

Procesión de una canoa:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=35973

El acto de reparación fue tomado del libro Devocionario Eucarístico, ediciones “Eucaristía”, Madrid. Página 205.


viernes, 4 de octubre de 2019

Tardanzas de Septiembre

Queridos lectores (los pocos que hay):


No estuve publicando nada durante este mes debido a que los medios necesarios para ello estaban en reparación. Lo cual me permitió alejarme un tanto de las cajas electrónicas y volver a los confiables libros (confiables si son buenas lecturas).

  Caminando cerca de la Universidad Nacional de mi ciudad, justo cuando tenían su programa radial, una excelente actividad que desperdiciaban con consignas revolucionarias y pasadas de moda. Un joven universitario estaba vendiendo libros entre los cuales para mi sorpresa se hallaba El Candor del Padre Brown, de G.K.Chesterton.   Dejarlo allí seria una pena, porque al costado del gran Karl Marx y el sabio Michel Foucault, nadie compraría esa vieja edición del cura simpaticón y detectivesco. Así que por un par de peniques lo compre y lo vengo leyendo desde entonces.



No puedo no recomendarlo a cualquiera que quiera una lectura amena y entretenida pero no por eso menos profunda y certera. Las aventuras de un viejo párroco que parece un zonzo pero es sagaz como un zorro; un balde de agua fría para aquel que contraponga la razón a la fe. y la inteligencia al corazón creyente. De la pluma prodigiosa del gran Chesterton.


Una pena que no abunden los “padre Brown” en nuestras iglesias parroquiales.