Mons. Eduardo María Taussig |
Meses atrás nos
enterábamos de las despóticas decisiones del obispo Taussig con respecto a la
Comunión en el seminario y diócesis de San Rafael. Nuestra sorpresa se
convirtió en tristeza cuando luego se anunció que el Seminario “Santa María
Madre de Dios”, uno de los mejores seminarios del país, para fines de año iba a
dejar de existir y sus seminaristas serian repartidos entre los demás seminarios
argentinos.
Los fieles sanrafaelinos, indignados y con razón, reaccionaron con protestas ante el obispado. Seguidos por gestos de apoyo del resto del país y del mundo (como este video). Recordemos que el seminario de San Rafael ha dado muchos sacerdotes, distinguidos por su piedad y ortodoxia a la Iglesia; Dichos sacerdotes que ejercen hoy en el país y en el mundo han salido de allí, y no podrían estar más contentos en ser hijos de dicha institución.
Carteles colocados en el exterior del Obispado de San Rafael este 1 de noviembre |
La indignación de los fieles fue brutal, basta ver las fotos: Pancartas, carteles, marchas, familias enojadas y sacerdotes reclamando los motivos por el cierre de su “casa madre”. Algunos de los carteles pegados en el edificio episcopal son significativas muestras del enojo que los fieles sienten ante la arbitrariedad episcopal (mera sombra del absolutismo papal) no solo por el cierre, sino por la incertidumbre del futuro de los seminaristas.
Siendo sincero, y
como lo dije antes, no me gustaría estar en los zapatos de Monseñor Taussig hoy
ante sus fieles (ni mañana ante Dios). Su competencia como obispo quedará
profundamente cuestionada a los ojos de Roma; Para sus fieles su autoridad y su
credibilidad es nula, y los esfuerzos por limpiar su imagen luego de estos
hechos son meros manotazos de ahogado. Recientemente ha publicado una carta con
intención de calmar a los fieles e invitarlos a dejar las protestas de lado,
pero ambas cosas no pasarán.
La carta (que
puede leerse aquí) es penosa y muestra la evidente falta de autoridad del
obispo Taussig. Si analizamos algunos párrafos con pinzas, hallamos más dudas
que respuestas sobre esta penosa situación.
Dice Taussig:
“El cierre del Seminario causa un sufrimiento
inmenso a todos: a los seminaristas en primer lugar, que son los más afectados;
a sus familias y comunidades; a los sacerdotes y, no menos también, al Obispo”.
¿Hacía falta
monseñor? ¡Claro que duele! Y porque duele, es que sus fieles laicos rogaron
por respuestas suyas o de Roma; No quieren saber que a usted le duele, quieren saber
el porqué de sus acciones sobre este triste asunto, no les tome el pelo.
“El mismo Hijo de Dios, aprendió por medio de
sus propios sufrimientos qué significa obedecer. Llegó hasta la muerte y muerte
de cruz. Pero Dios lo resucitó al tercer día y así nos redimió con su sangre.
El ejemplo de Jesús nos ilumina a todos y nos invita a seguir sus pasos”.
Interesante
analogía, si tomamos en cuenta que este desastroso hecho se dio por la defensa
de Jesucristo ante comuniones sacrílegas. Tanto fieles como el clero, se
negaron a dar y recibir la Santa Eucaristía en la mano, y seguir con la tradición
cristiana de recibirla en la boca por amor y respeto a nuestro Señor
Jesucristo, y es a Él a quien debemos obedecer por encima de los hombres, aun “hombres
de iglesia”, y sobre todo si estos se comportan falderamente obedientes al
poder mundano (hoy me entero que la “comunión en la mano obligatoria” fue una
orden civil a los obispos mendocinos). Dudo mucho que sea de buen teólogo,
comparar el sacrificio del Hijo de Dios con la obediencia ciega a órdenes
injustas.
“Tengo que decirles también que no se dejen manipular.
Algunos de los líderes ‘anónimos’ locales, algunos de los que se entrometen sin
ser de la Diócesis, y algunas de las agencias informativas que intervienen en
nuestra realidad tienen posturas muy críticas y cizañeras contra el Papa
Francisco, contra los santos Papas anteriores y aun contra el Concilio Vaticano
II (…) No se dejen instrumentalizar y sepan reconocer las voces de sus
legítimos pastores”.
¡Ah! No falta el
caballito de batalla esgrimido en los últimos 50 años ¡critican al Concilio!
Aunque no viene al caso hablar de un fracaso eclesial de hace más medio siglo,
sino ver como siempre se utiliza este falso argumento en estas circunstancias: Usted no obedece al concilio, usted es malo,
cambie y obedezca. ¿Qué importa si los medios que informan sobre este
desastre son “críticos del concilio”? ¡No importa un comino! Importa el
mensaje, no el mensajero; Y el mensaje es ¿Qué rayos pasará con el seminario? ¿Los
seminaristas? ¿Nos darán respuestas?
Mucho me temo que se seguirá atacando al mensajero para no oír su
mensaje.
“Pido a todos que no concurran a estas
convocatorias anónimas. Agravan la situación y pueden perjudicar más a los
mismos seminaristas, que todos queremos cuidar. Y, más allá de las buenas
intenciones de algunos, serán interpretadas como gestos de rebeldía y
contestación…”
Tristemente su pedido
será desoído, querido monseñor, porque las contrarrevoluciones siempre son
populares. A toda injusticia le corresponde una contestación justa, y los
fieles sanrafaelinos han estado a la altura, y con justa razón pueden ser
llamados “La Vandeé de los Andes”. Y
de todo corazón, esperemos que la batalla continúe, por amor a la verdad y a la
justicia, terminando en la victoria del bien sobre el despotismo episcopal.
No será en vano |
Mi sincero deseo con respecto a Taussig, es que recapacite y suplique a Roma el fin de esta injusticia, y si no es el caso, que la resista con hombría como sus fieles y su clero. Esperemos que pronto los días traigan buenas noticias a las tierras del arcángel San Rafael.
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Interesantes aportes aquí:
Charla entre Patricio Lons y Andrea Greco de Álvarez en relacione al cierre del seminario (video).
Las ilustradoras imágenes de los afiches pegados en el obispado (aquí y aquí).