sábado, 30 de mayo de 2020

Promesa de Pentecostés



“Si me amáis, observad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consuelo y abogado, para que esté con vosotros eternamente,  al Espíritu de verdad, a quien el mundo, no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conoceréis, porque morará con vosotros, y estará dentro de vosotros. No os dejaré huérfanos: yo volveré a vosotros”
Evangelio según san Juan XIV, 15-18.


¡Feliz Solemnidad de Pentecostés!

lunes, 25 de mayo de 2020

25 de Mayo Re-Revisado


“La Revolución de Mayo” de Francisco Fortuny (1865-1942)
Decidí publicar este artículo en las primeras horas del 26 de mayo para librarme de algún escrúpulo seudo-nacionalista que cualquiera puede tener durante ciertas festividades de índole patriótico.

Si de algo estoy seguro es que la historia no es blanca ni negra, pero tampoco mulata o mestiza. Es historia y ya, pero también es magistra vitae, en palabras de Cicerón. Teniéndola presentes sabremos que errores no repetir en determinadas circunstancias.

Disto mucho de ser historiador, espero siquiera algún día llegar a colgar en mi pared un cuadro que diga “Licenciado en Historia”, y luego publicar un libro sobre los hábitos alimenticios de José de San Martín (si no se me adelanta algún quisquilloso de anécdotas antiguas). Pero, sin serlo, encuentro muchas fallas en el relato histórico oficial (el Dogma del Mayo revolucionario) como también no encuentro unanimidad en los escritores revisionistas (desde Mayos católicos autonomistas a Mayos monárquicos hispanistas). No hay una conclusión unánime, y no debería haberla tampoco; Como me dijo un gran profesor de filosofía en la ciudad de La Plata: El nombre Historia Universal para una materia de educación es erróneo, porque nadie puede conocer la universalidad de la historia, solí Deo.

Un esfuerzo por comprender este día tan conflictivo lo hizo Enrique Díaz Araujo en los tomos de su libro Mayo Revisado (cuyo titulo nos inspiró el nombre de la entrada). Libro que recomendamos abiertamente aunque no por esto decimos que sea lo único que hay, pero es de los mejores.

Hoy en lugar de proposiciones absolutas, traemos interrogantes llamativas de nuestro amigo Roberto Morfani (cualquier parecido con el historiador Roberto H. Marfany solo es coincidencia). Nuestro amigo, de brillante pluma, nos tiene una mirada distinta y picosa del dichoso día, que no solo me ha gustado sino también, ha dado que pensar.

Mucho se ha escrito, y mucho más se escribirá sobre el 25 de Mayo, y quizás nunca tengamos una respuesta satisfactoria; Por mí parte, el siguiente texto servirá para cuestionarse y buscar la verdad o para enojarse e irse a dormir, sea como fuese, espero lo disfruten.

Reflexiones sobre el 25 de mayo
Abuso de la subjetividad ante una fecha difícil de entender

Por Roberto Morfani

Ahora el 25 de mayo es el “día de la Patria”. Digamos que ante la complejidad de entender algo del asunto, se ha optado por subir a un término más amplio. En ese sentido, todo episodio histórico podría ser tenido por “día de la Patria”. La batalla de Sipe-Sipe, el casamiento de San Martín con Remedios, el periplo de Saavedra por Jáchal, el apéndice estallado de Moreno en alta mar, todo puede ser evaluado según el día de la Patria. Y de “libertad”. “Patria y libertad”.

Parece que la dogmática de la historia oficial, sumada a la de todos los revisionismos modernos, ha dado como resultado una especie de empate, o de tregua en pro de la convivencia pacífica. Mayo, locro y empanadas, y luego una generosa gama de interpretaciones para uso de todos. Hoy leí algunas: Mayo militar (Hugo Wast), Mayo de las clases populares (los centros de estudiantes), Mayo africano (me mandó mi amigo M.P. un artículo que decía eso, se los juro con la mano sobre el control remoto), Mayo ultratradicionalista, Mayo ultraizquierdista. Un Mayo variopinto. Y, por supuesto, un Mayo irreal.

“Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810”
de Pedro León Maximiliano María Subercaseaux Errázuriz (1880-1956)
Entiendo las dificultades de todo esto. De alguna manera uno lo viene padeciendo desde hace muchos años, con diversas lecturas y análisis. En los centros académicos se hace un esfuerzo de síntesis, para explicar una fecha tan complicada, pero parece insuficiente. Pero no por eso hay que bajar los brazos. Siempre se puede iluminar, aunque sea un poco.

Por lo pronto, los términos. La “patria”, en 1810 era la Ciudad. Está mal decir que mayo es el día de la Patria, como las entendemos ahora, sinónimo de Nación, porque se están confundiendo los términos. Justamente Mayo es el día de las “patrias”. Es decir, las jornadas dónde los municipios tomaron a cargo la conservación del orden y las leyes, ante la desintegración del Imperio Español. En todo caso, Mayo sería el día de las autonomías, o de los fueros. Pero eso también hasta cierto punto. Piensen que las “ciudades” de Mayo tampoco corrieron la misma suerte. El cabildo de San Juan, o de Córdoba, sufrieron la presión del cabildo de Buenos Aires. No hubo “concordia” en esto. Ni mucho para festejar.

Tampoco es “Libertad”. Esto ha estado muy bien explicado por el revisionismo católico. Es que nosotros no éramos esclavos. Vaya locura pensar eso. Justamente cuando en la vieja Argentina no había “ejércitos”. Y cuando llegaron los ingleses a vender sus productos, hubo que hacer un ejército para sacarlos corriendo. No había ejército, pero había “patrias”, y de ninguna manera esclavitud al estilo colonial (había algunos esclavos, pero su permanencia en el Rio de la Plata, es un caso especial de la historia americana, nada comparable a la situación de los esclavos, por ejemplo, brasileños o norteamericanos).
Tampoco funciona bien esa reducción a sus personajes (¿“sinécdoque historicista”?). Es decir, rescatar una figura como representativa del conjunto. Moreno no es Mayo, pero Saavedra tampoco. A Moreno lo “manda a matar” Saavedra (mentira). Pero a Saavedra lo manda a perseguir la Asamblea del Año XIII. O sea, todos son perseguidos y todos tienen algún punto oscuro en Mayo. Hasta Belgrano (¿Belgrano para 1815 andaba reprimiendo poblados provincianos con el Ejército del Norte?, alguien me explica ¿qué mierda hacía ahí...?). Es difícil encontrar al “Héroe” y al “Santo” en Mayo. Tal vez mirando en conjunto, San Martín sea de lo mejor de “toda” la época. (No, no era masón, a ver si presentan algún documento una vez en la vida).

Pero:
- Pero es que San Martín todavía no ha llegado.
- Bueno, pero cuando llegue…

Pero cuando llegó, se tuvo que ir de Bs. As., enemistado por completo con los que hicieron la “Revolución de Mayo”. Y el cruce a Chile, se hizo con la financiación de las provincias de Cuyo. Mucho interior, poco Bs. As. Y la campaña a Perú, la hizo San Martín con el auspicio de Chile, no del Rio de la Plata.

- Te estás pasando de antipatria. Ya escucho la crítica de mis amigos.
- Te olvidas del pueblo. Ya escucho la crítica de mis amigos que no piensan como yo.

No hubo pueblo. Y no hubo héroe. Al menos no el 25 de mayo. Hubo una feroz represión del pueblo cuando la Junta mandó sus ejércitos al Norte. Y hubo un asesinato del Héroe, cuando la Junta mandó sus ejércitos a Córdoba, donde fusilaron a Liniers.
Mataron al Héroe (fusilamiento de Liniers, 26 de agosto de 1810)
Mataron al pueblo (misión de Castelli en el Alto Perú).
Puedo seguir… Pero basta por hoy. Dejo planteado el problema.
¿Y la solución?

Al fin y al cabo se trata de una opinión, ¿no?
Creo que hay que ir olvidando el 25 de mayo. O al menos ponerlo en su justo lugar: un episodio conflictivo, propio de un momento conflictivo. Si esto es muy polémico, al menos, pongamos el nombre que le corresponde, sería algo así:

25 de mayo de 1810: “Día que se toma como símbolo del completo descalabro en el que quedó metido el Virreinato del Rio de la Plata por la noticia de la abdicación (traicionera y voluntaria) del Rey Fernando VII y la posibilidad de quedar bajo el gobierno del invasor Napoleón y sus sátrapas, y de los vericuetos legales que buscaron los cabildos de todo el territorio para mantener el orden. Al mismo tiempo, inicio del conflicto histórico argentino dónde el liberalismo ingresó definitivamente en nuestra historia para incubar los dramas que van a atormentar al País hasta nuestros días”.

Retrato de Fernando VII
De Vicente López Portaña (1814-1815)
Pienso, otros países han recurrido a un nombre simpático para solucionar este fardo. “Patria boba” en Colombia. “Patria vieja”, en Chile. Nosotros no, somos especiales en todo sentido. La nuestra podría ser la “Patria fulera (1810-1827)”.

Luego seguiría con un calendario reformado, así:

9 de julio: Independencia.

10 de agosto: Gobierno de San Martín en Cuyo o primer experiencia real de un gobierno “nacional”, criollo, genuinamente “popular”, y al mismo tiempo, creación del Ejército de los Andes y día del padre (fecha reclamada por los mendocinos, por el nacimiento de Merceditas el 24). Hermanos todos, vamos a unificar a San Martín de una vez en una sola fecha, que se llame “San Martín”. Hoy es el día de “San Martín”, vamos a las plazas de la Repúblicas, llevemos ponchos, y mucho fuego para los traidores.

Sigo:

31 de enero (de 1831): Se firma el Pacto Federal. Hay que esperar a Rosas para encontrar, ahora sí, el día de la Patria (contra los enemigos internos y externos), el día de la libertad (por algo es el Restaurador de las Leyes) y de la Soberanía (algo de eso quedó el 20 de noviembre).

No sigo más. Ahí mi propuesta. Eso es lo que le voy a decir al que me pregunte. Si no, que alguien me explique lo contrario.

Oportunidades y Perspectivas

"Paisaje de los Urales" de Apollinarii Mikhailovich Vasnetsov (1856-1933)

“Por lo demás, el día del Señor vendrá como ladrón…”
II Pedro III, 9.

A finales de la Edad Media aparece Martín Lutero a destruir la unidad de la Cristiandad occidental basándose en sus propios caprichos doctrinales.

Las abominables enseñanzas de este sujeto, en el fondo exponen a un hombre profundamente perturbado en su espíritu. Lutero no es un santo, ni mucho menos un “testigo del Evangelio”, fue un destructor de la viña del Señor. Sin embargo, tengamos en cuenta (y no para absolverlo) que Lutero es hijo de su tiempo, la Alemania del siglo XVI. En irónicas palabras, el padre Sáenz resume aquella época:

“No deja de resultar curioso que mientras el jocundo Renacimiento italiano, por el pincel de sus pintores y el verbo de sus poetas, entonaba himnos jubilosos a la alegría de vivir, como si el mundo fuese una primavera indeficiente o una aurora de bonanzas, siguiese todavía el cielo alemán encapotado con tristes presentimientos”. (La Nave y las Tempestades Tomo VI, página 61; editorial Gladius).

Mientras los alemanes andaban con la cabeza baja y los ojos llorosos, los italianos se deleitaban con las obras de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, y su día a día era una Allegoria della primavera, como la de Sandro Botticelli. Con esto queremos decir que “La Reforma” no fue un grito popular en toda Europa, sino, el obrar erróneo de un monje ockamista alemán basándose en sus limitadas perspectivas.
La forma con la que vemos las cosas puede ser errónea por la perspectiva negativa que la rodea; un refrán clásico diría que vemos el vaso “medio-vacío”, en lugar de “medio-lleno”.

Los cristianos lo sabemos de sobra; Cuando el Señor moría en la cruz frente a su Madre y sus discípulos, todo parecía indicar un fracaso. Los maestros judíos llevaban años enseñando a los israelitas que el Mesías sería un rey victorioso, incluso los Apóstoles esperaban eso de Jesús cuando resucitó, creían que restauraría la gloria de Israel (Hechos I, 6). La realidad que enfrentaron es que su rey estaba muriendo como un ladrón inútil ante sus ojos.

No vieron la perspectiva completa, no vieron que así debía hacerse como estaba escrito. Aun el grito “¡Elí, Elí! ¿lama sabactani?” (San Mateo XXVII, 46) era el cumplimiento de una profecía (Salmo XXII), y no la desesperación de un abandonado como ciertos autores han querido interpretar. De haber tenido la perspectiva correcta no habrían matado al Señor (I Corintios II,8).

"Calma silenciosa" de Nikolay Nikanorovich Dubovskoy (1959-1918).

Salvando distancias, creo que actualmente nos encontramos en una situación parecida, y el error nos hace perder de vista las muchas oportunidades que tenemos presente.

En este período de encierro los argentinos han tenido dos opciones: Embobarse con las malditas pantallas de la televisión, el internet o las series de Netflix mientras el país se va a una ruina económica, o soportar el horrible paso de los días sin algo interesante que hacer, mientras (obviamente) el país se va a una desolación.

Tan acostumbrados estamos los modernos al ruido que nos olvidamos de las virtudes del silencio, y la belleza que podemos encontrar en él. Como ya dijimos en este blog, el silencio es la manera privilegiada para contemplar al Creador, y evitarlo es uno de los signos de la acedia contemporánea.

Sin embargo, el alma humana no puede ocultar su sed de lo divino, lo eterno; Necesita adorar, necesita ese algo, superior a si misma, en quién descansar. Eso explica tal vez, porqué en una de las regiones más “salvajes” de la Argentina contemporánea, es decir, la Villa 31; el libro más vendido durante este periodo de epidemias y miedo ha sido la Santa Biblia.

Décadas antes, el materialismo comunista intento socavar este anhelo del alma con promesas utópicas sobre paraísos obreros; y el Occidente liberal por su parte, opto por darle por dios a la democracia y a la libertad, cuando ninguna de estas dos son fines, sino medios.
El cristianismo, por su parte, llena esos vacíos del alma sedienta con la propuesta de un Dios trascendente que se hace hermano y Señor de los hombres en Jesucristo. Es en el maestro de Galilea donde los hombres son saciados. Por eso la URSS marxista intentó socavar la religión de la Santa Rusia, y aunque pudo destruir una nación de larga tradición cristiana, no pudo eliminar la palabra “Dios” de sus corazones; Rusia hoy día no será la otrora Santa Rusia, pero en sus tierras hay una pequeña semilla de fe que no pudo ser destruida y sigue floreciendo en sus hijos.

En Occidente, el cristiano disfruta de caminar en libertad, sin sangrientas persecuciones, pero si con sutil veneno. Occidente intenta matar una de sus raíces fundacionales con el veneno de la indiferencia; el problema es que eliminar su raíz espiritual no lo hará más “libre”, sino que lo hará esclavo: o de su propio egoísmo o de otra religión menos benigna como es el Islam, y como pasa en Europa.
La perspectiva completa de esta peste cuarentenosa es la del hombre solo y vacío. Y allí, la Iglesia cristiana tiene su misión de anunciar el Evangelio y la salvación en Cristo; este es una oportunidad perfecta, es un Kairos.

¿Lo aprovechará la Iglesia católica? En Argentina, tristemente, parece ser que no.

sábado, 23 de mayo de 2020

Defendiendo al Rey

"Monje leyendo a la luz de la vela"
Óleo de Juan Ignacio Burguete Albalat.

Este pequeño blog siempre acepta colaboración de los amigos, en especial si ellos son muchos más brillantes en ideas, y más talentosos a la hora de plasmarlas en papel (o en lo digital). Por eso me complace presentar este nuevo articulo, traído desde la brillante pluma de un amigo reaccionario y antiliberal.

En lo personal, me gusta leer todo aquello en lo que pueda encontrar algo bueno, bello o verdadero, por eso suelo darme el gusto culposo de escuchar esas conferencias de Nicolás Márquez, Agustín Laje, etc. Y toda la camada de nuevos liberales que salieron a la luz gracias a la internet y a la patética decadencia del socialismo suramericano. No obstante, el liberalismo es pecado y herejía culpable de la secularización del otrora Occidente cristiano.

Y aquí, mi buen amigo, dará un resumen muy ameno de porque no ser liberal.

"De libertades y potestades"


Por el Hombre Integral

"Æterna imago Altissimi,
Lumen, Deus de Lumine,
Tibi, Redemptor, gloria,
Honor, potestas, regia."

(Himno de Maitines para la fiesta de Cristo Rey, del Breviario Romano.)

Al "viva la libertad" de los libertarios (relativamente una nueva secta de entre los liberales, que conozco desde a lo sumo un par de años, y de mucha difusión ahora en los "medios masivos de [des]información"), los católicos le oponemos el "viva Cristo Rey", porque reconocemos que hay un Dios que nos ha creado, y a Él nos debemos. Primero veamos lo que al respecto nos dice la teología:

"Cristo es legislador y juez de hombres (de fe).

(...) El poder legislativo lo ejerce cristo principalmente en la predicación de la ley fundamental de su reino (sermón de la montaña) y en la organización del reino de Dios sobre la tierra: la Iglesia. Jesús decide autoritativamente sobre los preceptos de la ley mosaica, promulga el nuevo mandato de la caridad (Ioh. 13, 34; 15, 12) y exige el estricto cumplimiento de sus preceptos (Ioh. 14, 15; 15, 10; Mt. 18, 20).

Al supremo poder legislador le corresponde el supremo poder judicial. Jesús testimonia que «el Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al Hijo todo el poder de juzgar» (Ioh. 5, 22). El veredicto que pronuncie el Hijo del hombre se cumplirá inmediatamente: «y éstos [los réprobos] irán al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna» (Mt. 25, 46).
(...) Pío XI, en la encíclica Quas primas, enseña que Cristo, en virtud de su unión hipostática, posee un dominio no sólo indirecto, sino también directo sobre todo lo temporal, por más que durante su vida terrenal no hiciera uso del mismo; Dz 2196." (Extracto del "Manual de Teología dogmática" de Ludwig Ott, Biblioteca Herder, quinta edición, 1966. Libro tercero: TRATADO DE DIOS REDENTOR; Parte segunda: La obra del Redentor; §6.)

El liberalismo, en el fondo, pone en el lugar de Dios a la libertad, negando la realeza social de Cristo y el orden sobrenatural, como mínimo. ¿Por qué? Es muy sencillo, y la respuesta nos la da Mijail Bakunin (teórico del anarquismo y masón, por lo demás), nieto ideológico de la Revolución de 1789, en su diabólica obra titulada post mortem "Dios y el Estado": plantea precisamente -y lo digo de forma resumida- que si existe un Dios, el hombre no es su propio dios, y entonces tiene un límite su libertad. Así que el liberalismo saca a Dios del medio, y de la indiferencia que propone sobre Dios, se desemboca en la negación, directamente, de la existencia de Dios en el "socialismo" (entendido en sentido amplio) del término.


Por último, podríamos preguntarnos quién le metió a la gente la idea de libertad como principio absoluto, antes que la obediencia a Dios y su Santa Iglesia. La respuesta podríamos buscarla muy cercanamente a nosotros (los teóricos iluministas, liberales y demás de los siglos XVIII y XIX, por ejemplo), pero en realidad la causa «primera» es más profunda -aunque más fácil de adivinar, si uno lo piensa un poco- (*): el primer rebelde contra la voluntad de Dios, y que le enseñó al ser humano que es independiente de cualquier autoridad -Dios mismo, el poder civil, el poder eclesiástico, los padres, etcétera- es ni más ni menos que la misma Serpiente, el ídolo que los libertarios portan en su diabólica enseña (nada es casualidad, amigos). Así que, hoy más que nunca, hace falta reafirmar que Cristo es Rey del Universo, de las sociedades y de nuestras personas en particular también. No olvidemos nunca que el liberalismo, al menos desde Pío IX, tiene muchísimas condenas, en todas sus variantes.

¡Viva Cristo Rey!
¡Viva María, Reina de Cielos y Tierra!
¡Viva la Santa Iglesia, Católica, Apostólica y Romana!

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(*) El mismo Bakunin admite también que Satanás es "el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos" (op. cit.). Entiendo que esos ideales masónicos que influyeron en su anarquismo llevan a esa conclusión, a ese monstruoso rechazo a Dios expresado allí, repugnante a los ojos de cualquier lector con el alma no tan contaminada.

jueves, 21 de mayo de 2020

Ascensión del Señor

Ascensión del Señor, pintura en la Iglesia de Santa María del Carmine por Bernardino Gandino (1587-1651)


Hymnus


Salútis humánæ Sator,
Iesu, volúptas córdium
Orbis redémpti Cónditor,
Et casta lux amántium:

Qua victus es cleméntia,
Ut nostra ferres crímina?
Mortem subíres ínnocens,
A morte nos ut tólleres?

Perrúmpis inférnum chaos:
Vinctis caténas détrahis;
Victor triúmpho nóbili
Ad déxteram Patris sedes.

Te cogat indulgéntia,
U
t damna nostra sárcias,
Tuíque vultus cómpotes
Dites beáto lúmine.

Tu, dux ad astra, et sémita,
Sis meta nostris córdibus,
Sis lacrimárum gáudium,
Sis dulce vitæ prǽmium.
Amen.

V. Ascéndit Deus in iubilatióne, allelúia.
R. Et Dóminus in voce tubæ, allelúia.

Breviarium Romanum; Hymnus, Feria Quinta In Ascensione Domini, ad Vesperas.

Himno

Autor de la salud el mas amante,
Jesus , del corazon placer fecundo,
Criador, Redentor de todo el mundo,
Y del alma amorosa luz brillante.

¿Qué clemencia, Señor, pudo vencerte
A tomar nuestras culpas á tu cargo?
A sufrir de la muerte el trance amargo,
Por librarnos piadoso de la muerte.

Desciendes al infierno apresurado;
A los presos desatas de las prisiones:
Cual vencedor con triunfos y blasones
A la diestra del Padre estás sentado.

Muévante tus piedades amorosas
A resarcir los daños padecidos,
Para que con tu rostro enriquecidos
Gocemos de las luces mas dichosas.

Sed á los Cielos guía y fiel sendero.
Sed para nuestras almas norte fijo,
Sed de nuestra tristeza regocijo,
Sed de la vida el premio verdadero. Amen.

V. Dios asciende con jubilo, aleluya.
R. El Señor con el sonido de trompeta, aleluya.

Adaptado de la traducción de Poesía Sagrada, Himnos del Breviario, del D. Juan Baptista Sorazabal publicado en 1808.




domingo, 3 de mayo de 2020

La Devoción de Mayo



“Ella es la mujer más encumbrada y la joya más noble de la cristiandad después de Cristo...ella es la nobleza, sabiduría y santidad personificadas. Nunca podremos honrarla lo suficiente…”
Martín Lutero (Sermón de Navidad, 1531)

Los católicos leemos, normalmente en las fiestas de la Virgen, el pasaje de la visita de María a su prima Santa Isabel (San Lucas I, 39-56). En el relato evangélico, la Madre de Dios realiza una profecía que a lo largo de 2000 años se ha cumplido perfectamente, con sus luces y sombras, en la Iglesia de Oriente y Occidente.

“Porque ha mirado la humildad de su sierva, y por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada” (versículo 48).

En Oriente la veneración a Nuestra Señora se halla expuesta en innumerables iconos, himnos (como esté de aquí) e iglesias a ellas dedicada. Los occidentales no nos quedamos atrás; el culto a la Virgen aumento no solo en imágenes, advocaciones y templos sino en fiestas liturgias, debates teológicos sobre su maternidad y santidad, y también particulares devociones (la más famosa y bella: el Rosario).

El cristianismo no puede entenderse sin la Virgen; ella fue la primera creyente en las promesas del Señor, fue la elegida para ser su madre cuando el Verbo se hizo hombre.

Los santos Evangelios la mencionan en momentos centrales, dejando a ella pocas palabras de profundidad y sabiduría absoluta; así como el Señor nos dejo “la regla de oro” para el buen obrar (San Mateo VI,12), María dejo en “la regla de oro del obrar cristiano” en las Bodas de Caná:

“Haced todo lo que él os diga” (San Juan V, 5).

El cristiano tiene aquí una dulce orden de parte de la Madre del Rey, y dicha orden es al fin y al cabo, el resumen de la vida cristiana; vida que por cierto, la Virgen cumplió por hasta el fin. Desde la Anunciación a la perdida del Niño en el Templo; o desde el arresto a la muerte de su Hijo ante sus ojos, la Virgen estuvo presento con gozo y con dolor pero firme y convencida, porque creía en las promesas divinas.
Ella es, después del Cristo, el mejor modelo de cristiano, y es incompatible la vida cristiana sin imitar su modelo (para escándalo de los protestantes).


El mes de mayo es tradicionalmente consagrado a la Virgen María, para resaltar la devoción en los cristianos. Y en este particular año de encierro cuarentenoso reforzar la devoción mariana nos urge. La devoción a la Madre de Dios estuvo presente en gestas gloriosas de la Cristiandad: en la batalla contra los Moros que salvo a Europa de ser Arabia (Lepanto 1571), en las guerras de La Vandée (1793-1796), en las Invasiones inglesas a Buenos Aires (1806-1807) y en la Guerra de Malvinas (1982). La presencia de la Virgen como guardia y protectora de sus soldados es siempre presente.

La Virgen María es la nueva Eva, la nueva madre de los vivientes por ser madre del Autor de la nueva vida. Hoy nos hallamos rodeados de muerte: aborto, rumores de guerra y peste ¿Por qué no nos rodeamos de vida en la Madre de la vida y en su Hijo?
Es una humilde invitación de mi parte para este mes que comienza: Aumentar la devoción de la Virgen, nuestra Señora, y así aumentar el amor a su Hijo.


Les recomiendo mucho la lectura de los clásicos de espiritualidad mariana para estos tiempos de encierro:

El libro Las glorias de María, de San Alfonso Maria de Ligorio, librito lleno de sencillos ejemplos y sermones invitando a la devoción de Virgen en los corazones cristianos. Recuerdo con humor leer en libros de autores protestantes los profundos ataques a este escrito como un odio tragicómico. Otro libro que recomiendo es claramente el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, de san Luis María Grignion de Montfort. Excelente lectura de doctrina espiritual sobre nuestra Reina del cielo. Y creo yo que toda lectura devocional debe llevar siempre al Santo Evangelio, donde se hallará mejor que en ningún otro lugar, el ejemplo de santa María, madre de Cristo.
El amor a la Virgen nunca rebajara la adoración al Señor Jesús, como creen erróneamente los protestantes, el verdadero amor a María nos llevara a vivir el auténtico amor a Cristo.

Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!