domingo, 26 de abril de 2020

Domingo de las Mujeres Miróforas

"¿Para qué andáis buscando entre los muertos al que está vivo?"
(San Lucas XXIV, 5) - Las Santas Miróforas


Tropario

Cuando te entregaste a la muerte ¡oh Vida inmortal! Por el resplandor de tu divinidad destruiste el poder de la muerte. Y cuando resucitaste de entre los muertos de las profundidades de la tierra, todas las fuerzas celestiales exclamaron: ¡Gloria a Ti, Cristo Dios, que a todos das las vida!

Kondakio

Cristo Dios nuestro, tu alegraste a las santas mujeres con tu resurrección, y consolaste el llanto de Eva, y enviaste a tus apóstoles a anunciar: ¡El Salvador a resucitado de entre los muertos!


jueves, 23 de abril de 2020

El ejemplo de San Jorge



Dedicado a mis amigos de aquel pueblito entre los montes de Misiones cuyo santo patrono es el glorioso San Jorge.
¡Felices patronales!

La devoción a San Jorge es de antiquísima costumbre entre los cristianos; en Occidente varios son los países que lo tienen por patrono (aun entre naciones herejes). Y en Oriente su culto es abundante y profundo, sobre todo en Grecia y Rusia. Su figura inspiro al arte en numerosas ocasiones así como sirvió de ejemplo arquetípico al soldado cristiano, y no es para menos. Su leyenda es una deliciosa en símbolos: La doncella en peligro, el horrible dragón y el noble héroe que lo vence.

Su culto fue cercenado por la “cacería de brujas” mitológicas de los liturgistas en los años sesenta, debido a que era poco real la existencia de dragones para los racionalistas eruditos del siglo XX. Sin embargo, sobrevivió su devoción en los sencillos cristianos y no pudo ser sacada de su espiritualidad y devoción. El misal fruto de aquel año lo tiene como conmemoración opcional.

Ciertamente no es el único arquetipo de soldado cristiano que hay; en la literatura clásica encontramos abundantes ejemplos y en la historia también: desde las apariciones de Santiago el Matamoros al Cid Campeador, o de Santiago de Liniers a los héroes de Malvinas, Juan de Austria o José de San Martín. En todos vemos la figura arquetípica del soldado cristiano cuyo origen es el mismo Jesucristo que en el Apocalipsis es representado como Cordero inmolado (Apocalipsis V) y como Jinete montando un caballo blanco (Apocalipsis XIX, 11-16). Todos y cada uno de los mencionados, y por sobre todo Jesucristo, cultivaron la masculinidad y fueron hombres íntegros.

La masculinidad, virtud propia de los hombres, hoy día es profundamente atacada. No solo por el patético feminismo moderno (ese que nos divierte con ideas cada vez más ridículas como esta de aquí). Si no también dentro de los propios hombres, gracias a la deriva ideológica que está sufriendo Occidente. En general, hay dos corrientes que principalmente atacan la integridad del varón.

La primera, obviamente, es su desvalorización de la hombría, es decir; los ataques que reciben diariamente las muestras de caballerosidad y fortaleza masculina. En el cine, la televisión y los discursos de la mass media; Hay una degradación del hombre fuerte y varonil por la alabanza al débil y sensible. En la naturaleza sabemos (sin por esto darle la razón a Darwin) que sobrevive el más fuerte; aquel que demuestra capacidades para no solo defenderse sino también defender a los suyos. Basta ver las nuevas tendencias en el cine o la televisión; los buenos son los hombres débiles con corazón blando y los malos son brutos deportistas.


Esta última es a la vez la segunda causa de la desvalorización masculina, presentar que el hombre debe ser un rudo musculoso que pasa por encima de todos mostrando su dominio. Aquel que está rodeado de hembras dispuestas a la procreación ante las miradas de los demás varones que lo observan débiles y con envidia. Sin duda es otra razón negativa porque presenta al ser humano como pura materialidad animal, y no es así. Los leones lucharan para poder engendrar cachorros en un harén, pero los varones reales soñamos con ser buenos hombres de familia.

Estas dos corrientes terriblemente dañinas para el varón también lo son para Occidente. ¿Por qué? La razón es simple, la cultura occidental no la edificaron débiles niños ni brutos bárbaros; La construyeron hombres íntegros. En la antigua Grecia, los varones eran educados desde pequeños en el valor del patriotismo, el deporte y camaradería para ser hombres virtuosos en la adultez. Esta última como verdadera amistad de hermanos, y no como homosexuales, mito creado por el freudismo histórico y maravillosamente refutado por el estudio del padre Ravasi, que pueden descargar aquí.

La mente griega, exportada a Europa por las conquistas militares romanas, preparó el mundo para la llegada de la Luz. Cuando nació el Redentor en Belén, nace en el contexto de una familia (algo monstruoso para la actualidad). Una familia regida por un hombre justo (San Mateo I, 19) y una madre cariñosa. San José es también ejemplo de hombría; a pesar del miedo y el peligro asume su misión de protector de su familia, no buscando su propia comodidad sino su deber. La Escritura no registra una sola palabra dicha por el padre adoptivo del Salvador, quizás porque su ejemplo ya fue suficiente para engrandecer su figura.

Occidente tiene sus raíces en tres pilares: la filosofía griega, el derecho romano y la fe cristiana. Estos tres pilares hoy son atacados por extremos dañinos de una misma virtud, recuérdese que para Aristóteles la virtud es el punto medio entre dos extremos; el exceso y la carencia. Si un árbol pierde su raíz, solo es cuestión de tiempo para que muera, por más que pase días con las hojas verdes y frondosas,
¿Qué hacer entonces ante este ataque a la hombría? La respuesta el Señor lo dejo en las Escrituras:

“Esto decía también el Señor: Paraos en los caminos, ved y preguntad cuáles son las sendas antiguas, cuál es el buen camino, y seguidlo, y hallaréis refrigerio para vuestras almas. Más ellos dijeron: No lo seguiremos” (Jeremías VI, 16).

Volver a los antiguos ejemplos, a aquellos héroes o hechos que recordamos para nuestra edificación. Esos que hicieron grande a la cultura occidental, ya sean reales o ficticios. Personajes históricos ejemplares que en cada país abundan o los mitos y cuentos tradicionales donde el héroe es justamente el varón virtuoso, y aquí las recomendaciones de un excelente blog.

Pero no solo la inspiración en el ejemplo es necesaria, lo es la acción concreta, y esta es variada dependiendo de quién sea el varón que deba obrar. En un padre de familia será la buena educación de sus hijos, en un esposo el amor que demuestre a su esposa. En un soldado su firmeza en la defensa de la patria y en un cristiano su generosidad en seguir a Jesús.

Ahora bien, las buenas ideas y las nobles acciones siempre deben ser acompañadas por la oración. Sin la oración el esfuerzo es inútil, y los frutos son estériles. Solían decir las ancianas que nunca el hombre es más hombre que cuando se arrodilla ante Dios. Por eso para terminar daré esta pequeña recomendación.

A las mujeres la devoción a los santos como san Jorge. El ejemplo de los varones cristianos de la antigüedad las inspire y ayude a saber que marido elegir y que señores evitar. Valdrá siempre más un buen San José de esposo, que un egoísta bruto.

Y a los varones, la devoción a la Virgen. Parecerá contradictorio después de hablar de reforzar la verdadera masculinidad en los hombres recomendarles como ejemplo una mujer. La realidad es que solo siendo devotos de María, hay una verdadera hombría. En ella vemos el ejemplo de madre y de esposa; en ella vemos el verdadero valor de la mujer, no como objeto sino como compañera y ayuda. Un buen hijo es un buen esposo y padre, y ¿Qué mejor que tener como madre a la del Señor? Ese creo es, a mi pobre entender, la clave para fortalecer una verdadera masculinidad.


Sancte Georgius
Ora pro nobis!

martes, 21 de abril de 2020

La Peste y el Conejo-Lobo


Antiguo grabado del Were-Rabbit o Conejo-Lobo

Hace unos años se estrenó Wallace & Gromit: The Curse of the Were-Rabbit (Wallace y Gromit: La Batalla de los Vegetales en Argentina), una película británica animada de estilo stop motion sobre un sencillo pueblo inglés que es asediado por una bestia sobrenatural, quién daña sus verduras a pocos días de un concurso rural; El inventor Wallace y su fiel perro Gromit deben evitar a toda costa que la Bestia cause más destrucciones vegetales.

Recomiendo esta película para verla con los más pequeños, a quienes les sacará una risa, y a los adultos otras por algún que otro picaresco chiste escondido en las escenas más cómicas. A mí en particular, la presentación que hizo de los sencillos pueblerinos británicos me hizo recordar que no todos son infames en la pérfida Albión.

Este largometraje animado me hizo considerar varias cosas con respecto a la actual situación, aunque esto parezca cómico al tratarse de una película infantil, pero si prestamos atención hay una macabra analogía:

Nos hallamos encerrados en nuestros hogares con miedo a un virus mortal inventado en algún oscuro laboratorio por quien sabe que malvado gobierno. Este virus ha revuelto nuestro mundo y nos urge la necesidad de una cura para salvarnos de esta calamidad. Al igual que en la película, donde el monstruoso conejo es creado en un laboratorio accidentalmente y cambio por completo los planes de sencillos británicos.


"Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires", de Juan Manuel Blanes (1830-1901)

El Conejo-lobo privó a los británicos de su competencia de vegetales gigantes, una celebración que esperaban con ansias cada año, a nosotros el virus nos privó de algo más importante: La santa Misa y los sacramentos, y a eso quería llegar. El Señor nos dice en el evangelio:
“Nada temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma. Temed antes al que puede arrojar alma y cuerpo en el infierno” (San Mateo X, 28).

Y nosotros no podemos salir del hogar si no es para comprar suministros y cobrar nuestros sueldos; más no para adorar al Señor en el Santo Sacrificio de la Misa. Comprendemos que una aglomeración de gente es peligroso pues puede ser foco de contagio pero ¿acaso no lo es cobrar la jubilación siendo los ancianos grupo de riesgo? ¿o utilizar las iglesias como centros de vacunación? ¿o realizar ciertas ceremonias de la religión talmúdica con permiso del Estado? A los cristianos se nos priva del culto al verdadero Dios y se siente su ausencia. Si bien la participación diaria en Misa es algo reciente en la espiritualidad cristiana y fue poco común en la antigüedad, lo que no es posible es querer calmar esta necesidad con ver la Misa por computadora. El católico necesita la Misa, como ciertos curas necesitan las rubricas (o saber leer) para comprender que algunas ceremonias son opcionales y así no hacer el ridículo ante las cámaras (ejemplos I y II).

Sin embargo pese a estas necesidades espirituales, a la que los fieles tenemos derecho a recibir del clero su compensación (¡Al fin y al cabo para eso le damos nuestras ofrendas dominicales!) estos se hallan obedientes a normas injustas a la salud de las almas (salvo honrosas excepciones). Y aquí está la diferencia entre esta película y la vida real:

En la película, si bien la iglesia parroquial no tiene un papel protagónico, no así es un adorno. A ella van los habitantes del pueblo a quejarse de los destrozos del conejo-lobo. En ella reciben la exhortación al arrepentimiento de parte del reverendo Clement Hedges, y a ella va el villano buscando la respuesta de como matar al monstruo donde también recibe un consejo de templanza: “¡cuídese de la bestia interior!”.

Reverendo Clement Hedges
El reverendo Clement Hedges es un personaje extravagante (regaba sus berenjenas con agua bendita y hizo un crucifijo de pepinos para repeler a la bestia), pero cumple su misión a pesar del peligro de hacer el ridículo: Invita a sus fieles a la penitencia ante la catástrofe que sufren.

Nosotros no tenemos un reverendo Clement Hedges invitando a la conversión para que Dios tenga piedad y cese la peste, tenemos justamente lo contrario: Ni invitación a la conversión y penitencia, ni siquiera la frase “es un castigo de Dios por nuestros pecados” (salvo pocas valientes voces). Más bien loas al gobierno por prohibirnos dar gloria al Creador y Redentor de los hombres: ni en Roma encontramos llamadas al arrepentimiento, si a la esperanza como dijimos el otro día, pero una esperanza meramente humanista al fin y al cabo.

No tenemos un reverendo Clement Hedges (de quien tenemos un interesante análisis aquí) que, a pesar hacer el ridículo con sus palabras, cumple su misión de ser (como dice san Pablo) “…embajadores en nombre de Cristo, y es Dios mismo el que nos exhorta por boca nuestra. Os rogamos, pues, encarecidamente en nombre de Cristo, que os reconciliéis con Dios” (II Corintios V, 20).

Aquí la triste diferencia entre una comedia infantil y la realidad que nos toca enfrentar. En ambas puede haber héroes sin capas o espadas, pero a veces no los hay.

Solo nos queda esperar y exhortarnos a nosotros mismos a la perseverancia, leyendo las Escrituras y rezando, y como me decía un cura amigo: Podemos salvarnos sin misa católica pero no sin fe católica.

“Más el que perseverare hasta el fin, ese se salvará” (Evangelio de san Mateo XXIV, 13).

domingo, 19 de abril de 2020

Recomendaciones apocalípticas



Según cuenta la leyenda, al hundirse el majestuoso RMS Titanic la noche del 14 de abril de 1912,  la última canción que la orquesta del barco toco fue el himno anglicano Nearer, my God, to Thee (“Más Cerca, oh Dios, de Ti” en español).

Ante la inminencia de la muerte bajo las frías aguas del Atlántico, los músicos de aquel soberbio barco entonaron una lírica melodía, cuya letra es un humilde salmo de esperanza.

¡Más cerca, oh Dios, de Ti, más cerca sí!
Aunque sea una cruz que me lleve a ti;
si tiende al sol la flor, si el agua busca el mar,
a Ti, mi solo bien, yo he de buscar.

Y así en un par de horas, aquellas notas se perdieron en el mar y las almas de aquellos hombres partieron a la eternidad.

Hoy en día, el mundo moderno pareciera no haber aprendido la lección que aquella tragedia significó: los planes egoístas del hombre no son la voluntad divina. No decimos que Dios castigo a inocentes pasajeros por la mítica frase “Ni Dios mismo podrá hundir este barco”, si no qué el buen Señor desde antaño a puesto horas al tiempo y por supuesto un final a su calendario.

La pandemia del Coronavirus le recordó a la humanidad su propia debilidad y la presencia constante del fin. Esto puede horrorizar sin duda, pero es nuestra sentencia común (Génesis 3,19).

Dios, sin embargo, no es un tirano egoísta como es el hombre consigo mismo. Nos envió un Redentor de quien hacia pocos días celebramos su victoria en una cruz y su gloria al resucitar.  Aquel que prometió volver de entre los muertos (y cumplió) también prometió volver glorioso a juzgar al mundo. Esta última verdad, olvidada hace mucho por la mayoría y mencionada pocas veces (y hasta con vergüenza) por quienes deberían gritarla con fuerza ha estado escondida mucho tiempo, tal vez demasiado.

En la Santa Biblia, en los escritos patrísticos y en varios libros de teología (e incluso en novelas distópicas) podemos leer abundantemente de aquel género literario llamado apocalíptico: Aquí en Argentina, tuvimos la suerte de tener como profeta incómodo al padre Leonardo Castellani (1899-1981) excelente autor en varios temas de religión, especialmente la relacionada a los últimos días. A pesar de que dicho autor paso desapercibido por la mayoría de los “intelectuales” argentinos, aún tiene la vigencia que en su momento tuvo; Por eso no puedo sino recomendar profundamente un reciente proyecto para divulgar su obra en relación a la Parusía, aquí pueden ver él tráiler de una serie de documentales, basados en su libro El Apokalypsis de San Juan, y aquí pueden informarse más de este necesario proyecto y de paso, generosamente aportar a la realización y difusión de esta necesaria obra.

Esperemos qué el mejor conocimiento de lo que realmente dice el ultimo libro de la Sagrada Escritura, no solo apague el miedo sino también, encienda esperanza en los cristianos que ante el hundimiento del titánico siglo XXI y ante las tinieblas que cubren este moderno Siècle de Lumières, puedan recordar cuales son los planes de Dios y cantarle confiados:

Refugio es el Señor, no temeré.
Mi fuerza en el dolor confío en Él.
Si brama y gime el mar, las olas al romper,
Conmigo Dios está, ya no temeré…


lunes, 13 de abril de 2020

Una Buena Lectura

Jean-Honoré Fragonard - La lectora

Las buenas lecturas son tan necesarias para nutrimiento de nuestras inteligencias y corazones como el sano comer y el deporte a la salud de nuestros cuerpos.

Más de uno aprovechó la Cuaresma, y la particular Semana Santa que tuvimos en el contexto de cuarentena nacional para hacer buena lectura, sobre todo aquello relacionado a la santa Pasión del Señor y algunas cuestiones ascéticas.
Ahora que el tiempo litúrgico nos invita al gozo del triunfo del Señor y su santa resurrección me gustaría recomendar la lectura distinta.

Un amigo mío y un grupo de católicos han publicado recientemente una revista digital que pueden descargar aquí.
La revista trata de temas variados y sencillos pero aun así interesantes que quisiera compartir porque sirve para nutrir el alma con buenas ideas salidas de mentes nutridas del Evangelio.

Espero les sea de agradable lectura, queridos amigos lectores, y puedan sacar buenos frutos con ella.

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Método de descarga citando a mi amigo autor:

“Para descargarla  sigue los pasos como si fueras a comprar la revista, agrégala al carro de compras, aunque en realidad la revista es gratuita (0 $) solo introduces tus datos y luego te da la opción para descargarla.”

domingo, 12 de abril de 2020

domingo, 5 de abril de 2020

Dominica in Palmis

Israel es tu rex 


Gloria, alabanza y honor te sean dados, Rey Cristo Redentor, a quien el esplendor de los niños aclamó: ¡Salud al piadoso!

Tú eres el Rey de Israel y descendiente ilustre de David, el Rey bendito; Tú vienes en nombre del Señor.

Toda la corte celestial te alaba en las alturas y también, en unión de todo lo creado, te alaba  el hombre mortal.

El pueblo hebreo te sale a recibir con palmas. Nosotros venimos en tu presencia con plegarias, votos e himnos.

Aquellos te tributaban alabanzas cuando ibas a padecer; y ahora nosotros te cantamos dulces melodías, a Ti  que eres el Rey.

Aquellos te agradaron; que también nuestra entrega te agrade: Rey benigno, Rey piadoso, a quien todo lo bueno agrada.

Oremos
Omnipotente y sempiterno Dios, que, para dar al género humano ejemplo de humildad que imitar, hiciste que nuestro Salvador encarnarse y padeciese la cruz: concédenos propicio que merezcamos acoger las lecciones de su paciencia, y participar de su resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amen.

jueves, 2 de abril de 2020

Espíritu Malvinero




En un nuevo 2 de abril recordamos a los veteranos y caídos durante la Guerra de Malvinas en 1982.

Recordamos su fuerza y sacrificio en las batallas por nuestra Soberanía; En su lucha contra el imperio de la pérfida Albión y los enemigos de la Patria argentina.

Independientemente de las humanas falencias y mundanos intereses, si no resaltando el carácter de guerra justa contra el pirata inglés. El carácter de cruzada contra el hereje usurpador y el carácter unitivo de toda una nación por una causa común. Gritamos y siempre gritaremos:

¡Malvinas Argentinas!
¡Volveremos!

Oración por un caído en batalla

¡Oh Señor! te suplicamos,
Por el soldado cansado de la querella
Aquel al que bien amamos
Por su defensa de la Patria bella.

Te suplicamos por su alma
 Que partió a la otra vida,
Dejando el arma en calma,
Llevó consigo sus heridas:

Porque no fue lucha perdida
Si por un pedazo de tierra fuese herida
La patria sagrada que el Dios del cielo
Dio al argentino como su suelo.

Librános Dios, del olvido ingrato,
O el desinterés de la causa que hace ya rato.
Dio héroes a la Argentina
Héroes que descansan en Malvinas

Glorioso Padre de Jesucristo
No te olvides de tus soldados
Dales el descanso previsto
Al patriota que muere por su país amado